Luis Martínez de Anda

Heredero de los bienes y derechos de la actriz María Félix

 

Cada mañana que Luis Martínez de Anda entraba a la habitación de María Félix para darle los buenos días y abrir las cortinas, quedaba maravillado con la vista de ese espacio sagrado para la diva mexicana. Imperaba su tono de rosa favorito en las cortinas de seda, había antigüedades, pinturas hechas por su última pareja, Antoine Tzapoff, y las ventanas daban a un jardín de rosas y helechos que dejaba entrar mucha luz, había sábanas de lino y un cuadro al carbón de Diego Rivera. El aroma del lugar, dice, era sin duda a Joy Jean Patou, la fragancia que usaba María.

El heredero recordó cómo fue que llegó a trabajar con La Doña, cuando él tenía 18 años. Estaba de vacaciones de sus estudios de ingeniería en 1995 y su padre, que llevaba muchos años trabajando con el productor de televisión Ernesto Alonso, gran amigo de María, le dijo que la actriz necesitaba un conductor  temporal. Él se apuntó. "Sirve que conozco a La Doña", pensó.

Aunque ella se rió de su edad y de que iba a parecer "kínder", lo contrató. Desafortunadamente, un año después, el 24 de mayo de 1996, Enrique Álvarez Félix, hijo de La Doña, murió de un infarto agudo al miocardio. "He escuchado que ellos no se llevaban bien y que no se querían, pero no. Terriblemente sufrió la muerte de su hijo", contó Luis.



En retrospectiva, Luis Martínez de Anda sabe que María Félix lo preparó en muchos sentidos: le prestaba su biblioteca, lo instaba a tomar cursos de idiomas, le hablaba de arte y,  sobre todo, lo capacitó para cuando ella faltara. "Cuando murió yo estaba en shock,  sin saber que ya estaba preparado por ella, y hablé con el albacea: 'si me pasa esto tomas el teléfono y  le marcas al licenciado Javier Mondragón, él ya está preparado para todo esto', me dijo", recordó.

Curiosamente también comprobó otra cosa que  le advirtió: "Ahorita sí, todos Luisito aquí, Luisito allá, pero cuando ya no esté, nadie te va a tomar en cuenta", y así fue hasta en el homenaje en Bellas Artes, cuenta. Poco después fue nombrado heredero de una gran fortuna, desatando un escándalo que afrontó con 25 años de edad, aproximadamente. 



Después de la muerte de La Doña el 8 de abril del 2002 y dándose a conocer que el Sr. Luis Martínez de Anda fue nombrado su heredero universal sobre los bienes y derechos de la actriz, su hermano menor entabló una denuncia y demanda para conocer si La Doña, había muerto de causas naturales o había sido asesinada y obviamente, buscando intereses económicos. Cuatro meses después de la muerte de La Doña, se realizó la exhumación de su cuerpo para hacer los peritajes. Posteriormente, los resultados demostraron que había muerto de una insuficiencia cardiaca, debido a ello, la denuncia no procedió y el testamento se dejó, a lo que La Doña dispuso, a favor de su asistente personal, el Sr. Luis Martínez de Anda.

Hasta el 2007 las pertenencias de María Félix permanecieron intactas en sus casas, buscando su heredero, un espacio en algún museo o recinto, donde la memoria de la actriz fuera recordada y también, siguiendo las instrucciones que en vida le comentó La Doña. La cual, tras 5 años de búsqueda, tampoco logró realizarse, debido a que el proyecto no fue interesante ni para el gobierno, ni para los empresarios, que en vida fueron amigos de María Félix.

En el 2007 se decide subastar los bienes de la actriz a consecuencia de las instrucciones antes mencionadas al Sr. Martínez de Anda. En una entrevista al heredero comenta que La Doña le dijo: "si puedes echa una bomba y que todo explote". Lo cual sabemos, dicha petición era imposible de realizarse.


En septiembre del año 2020 Luis Martínez de Anda reapareció en la escena pública para ofrecer una entrevista a Eduardo Rodríguez, quién es el titular de las plataformas María Félix Oficial. Misma entrevista de más de una hora, que fue revelada a través del canal oficial María Félix Vlogs en YouTube, dedicado a la vida y obra de la máxima diva del cine mexicano.


Y aunque en un principio no creía que él era el beneficiario de los bienes de María Félix, reconoce que ella tenía su lado generoso y que muy pocos conocían, motivo por el cual dudaban de que él fuera el único heredero. Sin embargo, sabía que era una carga que venía acompañada de mucha responsabilidad, "sí era una cantidad importante, pero nada de millones y millones como decían en la prensa", comparte. 

También, revela que él hizo lo que la señora quería que hicieran con sus cosas cuando ella ya no estuviera, pues recuerda que en la intimidad de la sala de su hogar ubicado en Polanco le daba instrucciones, pero jamás imaginó que ella hablara en serio, hasta que se dio la lectura del testamento y se dispuso a cumplir las peticiones de María Félix. 

Por tal motivo, realizó una subasta con objetos de colección que pertenecieron a la celebridad, vendió la residencia de Cuernavaca y no existe un museo oficial de la famosa, ya que las ideas que le llegaron a ella en vida, nunca le gustaron y por eso prefirió que no existiera ninguno cuando partiera de este mundo, y así se cumplió, expresó.

Actualmente el Sr. Luis Martínez de Anda mantiene comunicación constante con el público de la actriz, mediante historias y anécdotas que comparte en el sitio oficial de YouTube, María Félix Vlogs. Recordando sus vivencias, con quién fue considerada, la mujer más bella del mundo.


El automóvil Ford Lincoln Town Car 1997, regalo de Don Emilio Azcárraga Milmo "El Tigre". Una mañana de abril de 1996, tocaron a la puerta de La Doña en Polanco, era un mensajero que tenía en sus manos un sobre con papelería y unas llaves, textualmente dijo lo siguiente: Le manda este carro el Señor Azcárraga. El regaló se debió a que en un reconocimiento a María Félix donde hubo multitud de prensa esperándola, ella llegó en una camioneta Ford LTD Wagon que su esposo le regaló en los años 70s. El reconocimiento a La Doña se dio con normalidad, pero al día siguiente la prensa anunció el acontecimiento en primera plana y a ocho columnas, pero remató finalmente con el siguiente texto: "y después de los aplausos, La Doña se fue en su vieja y destartalada camioneta". A lo cual Azcárraga no dudó en hacerle el presente que ella misma salió a recibir.